La teja solar se presenta como una oportunidad para viviendas, industria y construcciones públicas. Un producto que garantiza el ahorro energético y que no implica ningún impacto estético en el entorno. El camino correcto hacia una arquitectura sostenible.
Sostenibilidad, transición energética, economía circular, eficiencia. Son todos conceptos que ya tenemos asimilados en nuestro día a día y sabemos que ya no son futuro, sino que centran nuestro presente. Y la construcción de las ciudades, los avances urbanísticos y la creación y desarrollo de proyectos de edificación intentan cada vez más no salirse de esta línea hacia una arquitectura sostenible..
La construcción con materiales aislantes de buena calidad, el uso inteligente de la domótica y la utilización de sistemas de climatización eficientes impulsan esta arquitectura sostenible. Cada vez son más las áreas urbanas que caminan hacia lo que se denominan ‘smart cities’, es decir, ciudades capaces de utilizar de manera adecuada las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) con la finalidad de ofrecer infraestructuras más eficientes para los ciudadanos.
En este contexto empieza a ganar terreno además el autoconsumo energético por parte de las familias, cada vez más conscientes de su papel en la lucha contra el cambio climático y en favor de esa transición energética. Y aquí es donde surge la necesidad de crear y de encontrar nuevos productos que se adapten a todas estas necesidades.
Ahorro e integración estética
La utilización del cristal blindado para la creación de tejas solares de alto rendimiento es una de esas innovaciones que, seguro, llegan para quedarse. Y para extender su uso hacia el consumo doméstico y terciario por dos razones fundamentales: el ahorro energético y su integración estética en el entorno. Se trata, pues, de un paso más, un avance frente a los tradicionales paneles fotovoltaicos tradicionales.
La reducción del coste de la energía solar en los últimos años hace posible la evolución en la oferta de estos nuevos modelos que evitan hacer elegir al usuario entre energías limpias y armonía estética, gracias a las tejas personalizables en color y que se caracterizan por su alta resistencia a las condiciones climáticas.
Desde el punto de vista económico, se trata de una instalación de carácter autofinanciable que permite un importante ahorro energético y la venta de la energía sobrante, con lo que se garantiza la recuperación de la inversión y supone además una revalorización del inmueble.
Es seguro que la teja solar va a ser pronto un valor seguro para la nueva construcción y para la recuperación y rehabilitación arquitectónica. Edificios de todos los usos: residenciales, de oficinas, industriales, etc., serán destinatarios de este nuevo producto en la senda hacia una arquitectura más humana, más eficiente y más sostenible.
